David
IC:
11 I 62 (DAVID) 32, David músico que toca generalmente el arpa
HS:
322.221, Arpas con mecanismos de afinación manuales
David (1040 a.C / 970 a.C)
La estatua del Rey David en la Capilla Dorada se refiere al tipo conceptual del David músico que, como es típico en las escrituras sagradas, toca un instrumento de cuerda, en este caso una pequeña arpa. Junto con el de los ángeles musicales, entre otros personajes presentes en la Capilla Dorada, es uno de los paradigmas visuales más extendidos de la música sagrada. El Rey parece flexionar levemente la rodilla y presenta sus dos atributos principales: el instrumento musical y la corona. Esta última, junto con la rica vestimenta, subraya la condición de Rey. Es un David maduro, quizás patriarca, con una larga barba y pelo blanco. A través de la técnica de la policromía, el artista yuxtapone los colores azul, rojo y dorado para su ropa. Este último color, en concreto, se emplea también en la corona, el arpa y demás decoraciones en forma de motivos vegetales que están presentes en el dosel y en la repisa que sostiene la estatua. Todo, incluyendo su alta posición en la Capilla, contribuye a subrayar la riqueza, la condición social y la grandeza de un personaje como David, músico, pero también Rey, guerrero y salmista. En la narración bíblica, David pudo apaciguar a Saúl y expulsar a los «espíritus del mal». En este sentido, la escultura del Rey es perfectamente consonante en el contexto de la Capilla en la que David tiene que salvar el alma de Palenzuela.
Instrumento: Arpa con mecanismo de afinación manual
El arpa es rica en elementos decorativos y bastante robusta, como era a menudo la románica en contraposición a la más esbelta y estilizada gótica. El arpa parece tener 7 cuerdas, una caja de resonancia recta y una columna y clavijero arqueados. Como suele ocurrir en las representaciones de Rey David, también en este caso podemos hablar de un arpa de dimensiones reducidas que remite a un modelo triangular muy presente en la Edad Media, aunque aquí es más arqueada y rica. Por lo tanto, el instrumento es realista. No es realista la forma en que se sostiene y se toca: quizás por razones puramente escultóricas, el arpa no se sostiene verticalmente sobre sus piernas, como debería ser, y parece estar sostenida por la mano izquierda que, junto con la derecha, debería pulsar las cuerdas y tocar.