En el anverso, tres hombres coronados ocupan los lechos del andrón, la habitación donde tiene lugar el Simposio; los dos situados en el extremo derecho son jóvenes e imberbes, uno está en actitud de conversar y el otro con su copa entre los dedos, jugando al cótabo. En el extremo izquierdo un simposiasta barbado sostiene en sus manos un cordófono de gran formato. Delante de ellos se disponen las pequeñas mesas repletas de los dulces que acompañaban habitualmente a la bebida (potos) y en primer plano, una figura femenina y alada, vestida con una llamativa túnica, ocupa el centro de la composición; su actitud es dinámica y lleva en sus manos una jarra (olpe) y una bandeja con viandas, como si la misma diosa Hebe, la copera olímpica, sirviera en este banquete humano. El reverso de la pieza ofrece una escena de cortejo homoerótico con tres personajes, dos erastai (amantes) y un erómenos (amado).